Es domingo y anochece en Terralta Residencial & Country Club.

Algo en el horizonte te llama, quizás es ese azul claro que comienza a profundizarse a medida que el sol va dejando pequeños rizos dorados sobre las montañas que te rodean.

Poco a poco el manto suave de la oscuridad deja una estela de colores sobre tu óptica panorámica.

¿Es un verde de iluminación natural combinado con la luz cálida de las lámparas a lo largo de los cactos sobre los corredores?

O tal vez las texturas anaranjadas, grises arenosos, blancos tranquilos y piedras que esculpen los claroscuros como si se tratase del mejor mosaico para despedir el día.

En tu boca permanece un agradable sabor a habano lancero de cohiba, que se te ofrece en maridaje con un café de aroma suave, cosechado en algún punto alto del mundo, como en el que tú te encuentras.

El ligero humo se mezcla a ritmo suave y danzante con el aroma de tarde, sí es el viento ligero que te relaja y que te susurra suaves notas mientras te acompaña a contemplar este espectáculo de la naturaleza.

Así es un atardecer en Terralta Residencial & Country Club, te anima, te impulsa a lograr tus metas cada noche, como el mismo sueño reconfortante de una vida en armonía.

Si, ahora más que nunca, es tu oportunidad de reinventarte.